Honrosa la gesta del equipo de los Grises en la Doble A
Hace alrededor de cuarenta años que
Humacao no disfrutaba de la euforia de
contar con un equipo contendor y con sello de campeón. El equipo de Humacao se ganó el boleto de
entrada a la serie semifinal al vencer al aguerrido equipo de los Jueyeros de
Maunabo. Aquella victoria se dio de manera espectacular -como se dice en el
argot popular- no apta para cardiacos o para
cardiacas. Aunque, sí para cardiacas porque hubo una nutrida representación de
fanáticas durante esta temporada.
Humacao a ley de un out para eliminarse, reaccionó con un histórico
cuadrangular de su receptor Joel Alvarado para agenciarse el recordado
triunfo. De esta
manera obtuvo el pase a la serie final de la sección, éste frente al peligroso
equipo de los Mulos del Valenciano.
Humacao
debutó en la serie frente a Juncos ganando sus juegos en casa, defendiendo con
gallardía su territorio, pero perdió como visitante. La Serie llegó al máximo; de
hecho se extendió más de lo previsto porque la doña lluvia hizo de las suyas,
tanto en el parque de Juncos como en Humacao,
provocando así la suspensión de
varios juegos y sumando aún más las emociones de la larga espera. Con esas
cargas emocionales llegamos al último partido en la Ciudad de Humacao el
domingo 1 de julio 2007.
El
escenario del Néstor Morales estaba listo para enfrentar tan esperado
encuentro. El estelar Héctor Kimmy Rivera estaba listo para enfilar sus miras contra
el mulo. Llegué al parque faltando hora y media para comenzar el juego y para mi sorpresa descubro que había
llegado tarde. No encontré estacionamiento. Tuve que regresar a mi casa para
que me trajeran y me dejaran en el expreso que estaba repleto de autos.
Una
vez llegué, saludé de inmediato a los muchachos, a la entrada alcancé a saludar
a Milton Rivera y al Honorable Alcalde, Marcelo Trujillo Panisse. Luego me
detuve, como de costumbre, a disfrutar del ritmo y el sabor de la
contagiosa música de mi amigo Papo Castro. Subí a duras penas las escaleras hasta el segundo
piso y me dirigí hacia el ala del parque donde siempre acostumbro a sentarme. Mientras pisaba los escalones iba estrechando
las manos de amigos como los Casanovas, Israel Delgado, Tuto Mojica, el
Honorable Representante Joel Rosario, la familia Morales (Alicia, Papo, Nilsa),
entre otros.
Llegué hasta el techo cerca de la
mesa de transmisión y allí estaba mi amigo Oscar Hernández. Pero señores, para
mi sorpresa no había un solo espacio disponible para nadie. Miré hasta el otro
lado donde estaba Marianito con su sonora trompeta interpretando las pegajosas plenas como la de:
son de gato los pastelillos de Changa, sí
son de gato. El ritmo se quedaba con todo el parque. Cerca de Marianito
alcancé ver a Gloria Andino, Lidia y Olguita que ya tenían su corillo formado.
Y tampoco allí había espacio disponible.
Me
decido a bajar a ver dónde podía acomodarme y todos me miraban como quien dice:
quien te manda a llegar tarde. Allí
observé al amigo Baby Carrasquillo entrevistando a todos los amigos que
encontraba a su paso para la antesala del juego. Bajé los escalones saludando a
Lalin, Juan de Dios, Ino, Fan, Teggy, Miguel,
Pito Huertas, Candy Castro, Larry, entre otros.
A
propósito, comentaba con el amigo Otero, que muchos fanáticos que antes no pisaban
el parque han regresado a respaldar a los Grises esta temporada. De hecho,
hasta los amigos en los Estados Unidos se mantienen atentos a su equipo. El
amigo César Vallenilla me llama desde Canadá para saber de su equipo.
Miré
para otro lado cerca de ala del equipo de Juncos, pero tampoco había espacio. A
la distancia saludé a mis amigos Víctor, Regalito Hernández y a David Curbelo. Me
echaron una mirada como diciéndome: ni te
asomes para acá que no hay asiento.
Luego
de sentirme acalorado por el sube y baja dentro del parque me acordé que había
comprado un abono y finalmente tuve la suerte de conseguir un asiento en el medio de una larga hilera de
sillas. Allí se encontraban los familiares de los peloteros que los aplaudían
con especial cariño. Al cabo de un rato el árbitro principal cantó play ball. De inmediato Kimmy saludó al primer pelotero con el primer strike
y repartió los tres outs.
En
el cierre de la primera entrada Juan Carlos Ríos abrió el partido con doblete y
anotó gracias a imparable de Wilfredo, Puchungo González para traer al plato la
primera carrera de los Grises que dominaban por, 1-0. La trompeta de Marianito hilvana una ensalada
de plenas que eran coreadas por los fanáticos.
Al
rato observé pasar a la amiga Paowi Agosto que luchaba por hacerse de un
asiento junto a su familia. La familia Agosto no se perdió un solo juego y ocupaban
una selecta área del parque. Me saludó
con la alegría de la victoria que se presagiaba.
El juego transcurrió lleno de
emociones y de excelentes jugadas defensivas. Cuando se presentaba Puchungo y
Tolentino se oía una sonora canción que decía: oeé oeé oeé... No es para menos, Puchungo Santiago despertó su
madero para darnos grandes emociones con sus espectaculares cuadrangulares
durante la temporada. Por su parte, Rafael, el Guayacán Tolentino dejó su huella para la posteridad al convertirse
en el único pelotero que logra la hazaña de proclamarse campeón bate en el softball
como el béisbol doble A.
Allá
a la distancia en la verja del right
field aprecié un grupo de jóvenes disfrutando
del juego. Tenían golosinas y hasta sombrilla para cubrirse del sol. Los miré con
cierto consuelo ya que faltó poco para yo les hiciera compañía.
En las esquinas del terreno de juego
se apreciaba la prensa escrita que le dio una cobertura extraordinaria al
partido. De igual manera la transmisión radial cautivó a los fanáticos que
cargaban con su radio portátil ya que necesitaban reforzar lo que veían en el
terreno de juego.
El
estelar Kimmy Rivera hasta ese momento de la novena entrada sólo permitió dos
imparables y ponchó a seis bateadores. De esa manera, llegó la primera del noveno ante
una atmósfera de euforia y algarabía que se levantaba en las gradas. El amigo Kike Torres, flamante apoderado de
los Grises, se mantuvo de lado a lado dándole el apoyo y ánimo a su equipo.
Kike insufló al equipo de entusiasmo, energía, eficacia y afán de triunfo.
Movió a la fanaticada para que
respaldara al equipo. La muestra fehaciente la teníamos esa soleada tarde; el
parque estaba abarrotado de un público entusiasta. Sin lugar a dudas Kike se
merece el galardón del apoderado del año en nuestra sección.
Miré hacia la verja donde observé los
números y nombres de Jacinto Hernández, Yuyo Cora, Memelo López, Néstor Morales,
Melquíades Silva, Pedro Peña, Luis Curbelo, Conejo López, Pipa Sierra, Iván y
Chemane Carradero, galardonados peloteros, miembros del Pabellón
de la Fama del Deporte Humacaeño. Sus nombres evocan las más grandes gestas del
equipo de los Grises de épocas idas. Las gradas de los Grises se encendían
nuevamente con los ritmos de la trompeta de Marianito: míralo que lindo viene, míralo que lindo va. Ciertamente se olía la
victoria.
El sapiente dirigente Carlos Ferrer
depositó toda su confianza en su estelar
Kimmy Rivera. De esta manera, Kimmy inicia la novena como caballo de guerra que
se aproximaba a la blanqueada que le daría a Humacao su
primer campeonato seccional en cuarenta años. Rivera lanzó con todo su corazón
y logra conseguir el primer out con
ponche a Gabriel Robles. Luego se presentó al bate Edwin Cuadrado que bateó una
rola inofensiva por el shiore que lamentablemente
Asmel Acún falló y luego hizo un tiro a primera totalmente errado que le
permitió al corredor llegar hasta la segunda almohadilla.
El
error creó un ambiente de malestar en las gradas de los Grises y levantó el
ánimo de los fanáticos del mulo. El
equipo de Juncos movió sus fichas y trajo un corredor emergente Carlos Rosado,
quien pisó el plato tras sencillo impulsador de José Santos, que puso la
pizarra 1-1. Aquí fue decayendo el ánimo en las gradas de los Grises. Las
gradas de los mulos no dejaban de gritar. Kimmy
logró con su orgullo contendor dar el segundo out. Luego se presentó Carlos Peña y conectó un doblete que trajo al
plato a Santos para marcar la carrera de la ventaja. Luego, Rivera otorgó
transferencia intencional a Gamaliel Santana. La intención desde luego era
provocar el out en cualquiera de las
almohadillas. Entonces, vino al bate José Ortiz que propinó un sencillo
impulsador al jardín izquierdo para la anotación de Peña. De esta manera se
colocó el juego 3-1 ante una enmudecida y estática fanaticada que no podíamos
creer lo que pasaba en el terreno de juego. Del otro lado la fanaticada de los
mulos deliraba con la ventaja.
En la última oportunidad de los
Grises al bate se enfrentó al veterano relevista Moisés, Poché Hernández que
controló a nuestros bateadores y sólo permitió un imparable de Carlos Cruz. La fanaticada Gris
se quedó de pie por largo rato, incrédula ante aquel doloroso desenlace. Las lágrimas corrieron libremente por mi
trémulo rostro. Nos despedimos
con un sonoro aplauso a nuestro equipo.
Nuestra
felicitación al equipo de los Grises de la Nueva Era. Su gesta deportiva deja
plasmada una honrosa página deportiva en
los anales de su historia. Siempre los recordaremos con especial cariño y
confiamos que el próximo año continúen desatando las emociones y defendiendo con
el mismo valor y arrojo los colores de nuestra ciudad Gris, en el mejor béisbol de Puerto Rico.
8
de julio de 2007
Humacao,
PR
Prof.
Félix Báez Neris
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