viernes, 24 de julio de 2020

Recordando la gesta de oro del Equipo Nacional de Lucha Olímpica Puertorriqueño en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez 2010.



Prof. Félix Báez Neris

El canal 6 transmite durante estas noches un programa titulado “10 noches de Juegos”. Trae recuerdos imborrables de los eventos que acontecieron en  Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez 2010. Me trasladaron a los días donde disfrutamos de grandes emociones deportivas y confraternización con los países hermanos.



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lunes, 13 de julio de 2020

ORLANDO RAFAEL O'NEILL: UN MAESTRO PARA LA VIDA


ORLANDO RAFAEL O'NEILL: UN MAESTRO PARA LA VIDA

Por: Dr. Miguel A. Poupart

Ha fallecido el profesor Orlando Rafael O'Neill (ORO). Su único defecto fue que nació en Luquillo y no en Humacao. Fue receptor en 1954 de los Campeones de PR Cariduros de Fajardo en la Doble A y del equipo de 1960 de nuestros Grises Orientales Sub Campeones de PR. Ese fue el año de las inundaciones en septiembre y el equipo al no poder superar esa terrible experiencia, perdió el campeonato. El parque Jacinto Hernández se convirtió en el hogar de muchas familias Humacaeñas que lo perdieron todo, incluyendo a sus seres más queridos.

Para algunas personas Mr. O'Neill simplemente era el maestro de Educación Física de la Escuela Superior Ana Roqué en los años 60. Para otras personas era un buen Mr. Para quienes amamos el deporte ahora y en esos años, perdimos Un Maestro Para La Vida. Llegó a la "Jai" como un chamaquito de Luquillo acabadito de graduarse de la UPR en Río Piedras. De inmediato, y por su dedicación y don de gente, se ganó el respeto, la admiración y el cariño de todo el mundo. Era el clásico gordito amable, simpaticón, dulce, con una eterna sonrisa, comprensivo y siempre dispuesto a ayudar a todo el mundo. 

También era el clásico maestro de educación física que a las 3:00pm terminaba sus clases en el salón y (“ad honoren” o de cachete como se dice en Mambiche Prieto) seguía hasta el anochecer en el Parque Jacinto Hernández con sus atletas tratando de extraer el máximo de sus habilidades sin presionarlos ni faltarle el respeto. Era bien paciente y afectivo. Eso permitía que algunas personas superaran sus habilidades atléticas y lograran mejores demostraciones para complacer al Mr. Al terminar las prácticas llevaba a cada atleta a su casa y, como todo buen padre, no se iba hasta que sus atletas abrían el portón, se despedían y entraban a su casa.

Para conocer bien a Mr. O'Neill había que estar cerca de él. Quién mejor lo conoció fue el estudiantado que practicaba el deporte. Hay miles de anécdotas de anónimos actos de desprendimientos de Mr.O'Neill para ayudar a sus estudiantes. A modo de ejemplo, Víctor “Regalito” Hernández (clase 1964) cuenta con mucho orgullo que sus primeros zapatos para jugar béisbol se los regaló Mr.O'Neill. Pregúntale a Kike Torres (clase 1967) actual apoderado de Los Grises de Humacao en la Doble A sobre Mr. O'Neill y te dirá, sin vacilar, que le ayudó a conseguir beca deportiva para estudiar en la universidad.

Si me preguntan te puedo asegurar que ha sido una de las personas más influyentes en mi vida. Distinto a Regalito y Kike nunca tuve habilidades deportivas, era un clásico malango, un leña, flojísimo en todos los deportes. Aún así, por mi “presentamiento” y enorme mesicordia de Mr. O'Neill, me convertí en su asistente (alcahuete) de cátedra. Les puedo garantizar, que casi 50 años después, fue una de las mejores y más edificantes experiencias en mi vida.

Por ejemplo, la delegación de Humacao salía hacia Ponce para unas competencias nacionales de atletismo de Escuelas Superiores en Yauco. Me senté al final de la guagua sobre la goma de repuesta, cerré las puertas, Mr. O'Neill pasó, me miró con ojos paternales, me preguntó si quería ir (lo que era obvio), le dije con el alma que si y lo demás es historia.

Cerca de 50 años después, seguimos unidos en lo afectivo y lo profesional ya que la vida se encargó de que ambos trabajáramos para la Universidad Interamericana. Fue Un Maestro Para La Vida, por la cantidad y la calidad del tiempo que estuvimos juntos. el AMOR que compartimos y lo que significó su incondicional presencia, apoyo y amistad. Era locura con su Familia: Ana María, su esposa y novia de siempre, sus hijos Anita y Orlando y los nietos. Aunque para mi era una relación paternal, él y por cuestiones de edad, prefirió definirla como de hermano mayor.

Siguiendo sus deseos, será cremado, no habrá velatorio y se efectuará un acto religioso en algún momento y lugar designado por La Familia.
Digamos hasta luego al “Distinguido Cuidadano de Luquillo” que en las iniciales de su nombre (ORO) llevaba el material del cuál estaba hecho, una persona que siempre vivió guiado por sus convicciones, excelente ciudadano puertorriqueño, padre, esposo, educador, filántropo, amigo y sobre todo, !Maestro Para La Vida!
Cuando un amigo se va....